Comienza el 2015 y qué mejor
manera de Luis Cervantes Liñán de empezar el año, hueveando como siempre,
anunciando que Garcilandia será auspiciador del Concurso de Marinera Norteña
2015, donde obligará nuevamente a que todos los decanos alisten maletas y
viajen a Trujillo, para ver como su yerno, Miguel Sandoval Cabro y su asesor
preferido Emilio Ganoza Almoguer, mueven alegres las nalgas y aletean como
pajaritas enamoradas.
Qué carajo importa si la
Facultad de Derecho sigue aún clausurada y sus alumnos desconcertados han sido
enviados a la Facultad de Administración, para que en sus aulas aprendan sobre
derecho municipal, la cosa es que no jodan y que paguen no más ¿No?, total esos
huevertos no dicen ni pio, son hinchas de los “guerreros”, y allí radica su
psicología.
Para no perder la costumbre de
saber, que Garcilandia es el mundo de la vergüenza ajena y que todo se puede
esperar de los tarados que gobiernan nuestra alicaída Casa de Estudios, resulta
pues ahora que el decanillo de la Facultad de Ingeniería Industrial, Ing.
Victor Rojas Hernandez, el mismo payasito que ahora gana S/. 130,000.00 mensuales
por hacer huevadas, no tuvo la peor idea, que es lo mismo a nuevas ideas, de
organizar un Curso de Educación Vial, dirigido a choferes de combi, taxistas y
colectiveros, con el fin de brindarles “asesoría y consultoría en transporte”.
No preguntamos, por qué carajos no es posible que en la UIGV,
en la facultad de Principito, se organice un diplomado en Dirección de Proyectos Basados en
el enfoque PMI, Planeamiento Prospectivo o Sistemas de Gestión Integrados, que le de nivel a la
Universidad, ¿Por qué, no es posible?, pues porque no hay capacidad, no la ha
habido, no la hay, ni la habrá porque no hay interés. Luis Cervantes Liñán en
su cerebrito minúsculo, le ha dado la venia a semejante estupidez, como un día
se la dio a Raúl Gonzales Herrera para su Escuela de Serenazgo, a Segundo Mejía
Montenegro para su Escuela de Guachimanes, y así de nunca acabar.
¿Qué hacemos?,
seguiremos luchando mientras otros esperan la llegada de la Virgen de Cocharcas
y que ella de un soplido desaparezca a Cervantes y compañía, pues qué ellos
sigan esperando; aunque les recomiendo que lleven su cursito para chofer de
combi o taxistas, tal vez en el futuro lo necesiten.
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