viernes, 13 de noviembre de 2015

HOY EN EL DIARIO EXPRESO

CNM: AGUAS NEGRAS
El Consejo Nacional de la Magistratura se acaba de desahuciar moralmente.


El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) se acaba de desahuciar moralmente, por mano propia, como institución encargada de la selección y nombramiento de jueces y fiscales. Nada menos.

Con la excepción digna de Pablo Talavera, quien renunció de manera irrevocable al cargo de presidente, el pleno decidió reponer como consejero al psicólogo Alfredo Quispe Pariona. Sobre él pesan serias imputaciones sobre su conducta en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, especialmente un audio, tan revelador como grave, en el que con voz propia y desparpajo olímpico, reconoce trapacerías que, hace rato, han debido merecer una investigación del Ministerio Público.

“Es inmoral pero no es delito” exclama en la grabación, a manera de desfachatado ensayo de defensa, el ratificado consejero, quien también fue difusor de la “cultura del agua” en el sector público según deja ver su hoja de vida en ONPE.

Pero, en realidad, todo huele peor. Porque el comunicado del CNM, justificando su actuación, es una auténtica pieza para la psicología forense o para el tratamiento de aguas negras. Dice que el proceso de vacancia contra Quispe Pariona cumplió con la valoración objetiva de la prueba para señalar, luego, que con relación al audio “no se tuvo los peritajes y los elementos objetivos que permitiera [sic] verificar su autenticidad”. O sea el contrasentido y la sinrazón a todo galope.

Sin embargo, hay más. Afirma también que los cargos en su contra se refieren a hechos anteriores a su condición de consejero por lo cual debió tramitarse una tacha durante su postulación. No es función constitucional suya revisar estos hechos, remata el CNM.


Es decir, la consagración de la lavada de manos. Conclusión: vacancia abortada y ratificación con impunidad. Curioso cómo a esta deplorable decisión del CNM le cae como anillo al dedo la frase de su repuesto integrante: “Es inmoral pero no es delito”.

Por: Iván García Mayer

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